Storytelling, o cómo comunicar emocionalmente
El hombre se define como tal por la palabra, y justamente, es gracias a ella que podemos desarrollar ideas y comunicarlas. La palabra es la herramienta básica y fundante de la humanidad, y su primera y principal forma de comunicar desde los comienzos (y por siempre), será el relato. Quien sabe contar una buena historia es alguien que siempre logra convocar la atención de los demás, por lo que quien sabe contar, tiene poder. Ese don puede desarrollarse y aplicarse a la estrategia comunicacional de nuestra empresa o proyecto si conocemos cuestiones que, -a simple vista- parecen básicas, pero son los pedestales sobre los que funciona la evolución del hombre, ya que estamos biológicamente preconcebidos para escuchar historias y emocionarnos con ellas. Esa es la mejor manera de aprender que tiene la humanidad.
Hoy, gracias a las técnicas de monitorización de la actividad cerebral y a numerosos estudios de neurociencia, sabemos que:
- Cuando nos dan datos fríos y argumentos objetivos, en nuestro cerebro se “encienden” zonas muy limitadas, necesarias para procesar esa información en particular.
- En cambio, cuando nos cuentan historias que involucran emociones, nuestro cerebro se enciende como un árbol de Navidad. Claros ejemplos son las campañas presidenciales de casi cualquier país en la actualidad, donde los discursos no apelan a la razón, sino a las emociones.
Esta forma de retener lo que nos dicen tiene un impacto determinante en la memoria:
- Olvidamos los datos duros como estadísticas y comparaciones objetivas.
- Y recordamos las historias que despiertan sentimientos, sin importar si son malos o buenos.
¿Qué ganamos contando historias?
Para captar la atención de nuestros clientes, primero debemos saber que las personas no compran productos o servicios sin antes pasar por las emociones. Por ello es importante la emoción que le hagas sentir al comunicarte con ellos. El storytelling es la herramienta óptima para lograr este efecto. Cuando alguien nos relata una buena historia y lo hace apoyándose en un lenguaje corporal afín al relato, se producen en nosotros los siguientes efectos:
- Prestamos más atención con menor esfuerzo.
- Somos más permisibles a puntos de vista diferentes a los nuestros.
- Nos motivamos más fácilmente y por lo tanto somos más proclives a la acción.
- Retenemos mejor el mensaje, ya que su contenido, al despertar emociones, tiene un impacto mayor y más duradero en nuestro cerebro.
Cuando aplicamos el storytelling a fines comerciales y profesionales es importante entender que el relato sigue desarrollándose en cada uno de los receptores, ya que inspira y puede funcionar como disparador de nuevas ideas e interpretaciones, además de generar confianza y apego emocional a lo que queremos vender.
Que cosas no pueden faltar en tu estrategia de Storytelling:
- Los valores de tu marca.
- Un elemento que desencadene emoción en el público.
- Un lenguaje hablado y corporal basado en emociones.
- Un mensaje positivo que le aporte acción y motivación al oyente.
Animarse a contar la historia de cómo se creó nuestra empresa, o la forma en que trabajamos cotidianamente logra transmitir las emociones que el público necesita para sentirse más cercanos a nosotros. En Doble Nuez podemos ayudarte a que esa historia abra nuevos caminos y fortalezca los ya marcados.